Entre las razones que la corporación esgrimía para justificar estos desajustes presupuestarios, se encontraban los excesivos salarios de los funcionarios y la desvalorización de los ingresos de propios que, a causa de la inflacción , se habían visto mermados hasta la mitad del valor que debían producir, y que pretendían actualizar al nivel de los tiempos.